martes, 26 de agosto de 2014

19

Hoy es mi décimo-noveno cumpleaños, y no tengo nada mejor que hacer que escribir este post. Bueno, en realidad sí, pero no me apetece.

La mayoría de la gente hace balance justo cuando se termina y va a empezar un año nuevo. Yo, además de en ese momento, siempre hago uno cuando cumplo años, y quizá sea más realista que el de nochevieja.
Quien haya leído mis otras entradas, irá entendiendo algo de mi vida. O no, pero seguro que se ha dado cuenta de que es bastante complicada. Pues hoy puedo dar por finalizado el peor año de mi vida hasta el momento. Echando la vista un año atrás, me acuerdo de como fue mi 18 cumpleaños. En ese momento pensé que había sido muy decepcionante, y me prometí a mí misma que este año sería distinto. Más que prometermelo, me engañe, tengo que ser sincera. Nada más lejos de la realidad. Ya me gustaría que hoy estuviera siendo como el año anterior. Desde luego no fue el mejor día del mundo, ni mucho menos, pero al hoy le gana por goleada. Digamos que fue un día muy normal, mucho más simple de lo que esperaba y me hubiera gustado. Pero hoy está siendo un día bastante pésimo. Supongo que mi problema, como en todo, está en las altas expectativas que me pongo siempre, como ya he dicho más veces, "peor no puede ser" y claro, ya se sabe, la hostia, cuanto más alta sea, más duele.

Quiero quedar claro que no soy nada fan de este tipo de celebraciones. No porque me importe cumplir años, eso me es indiferente, si no porque es un día muy similar a nochevieja, todo el mundo te felicita, pero la gran mayoría lo hace por cumplir. Solo que en ese momento te da igual, y en un cumpleaños es más complicado. No os voy a engañar, ni me voy a engañar yo misma, me encantaría poder tener un cumpleaños de esos que molan, con una fiesta sorpresa, diversos regalos, y en el que mucha gente se acuerda de que es tu día. Pero no es el caso. Digamos que tengo unas amigas muy peculiares, y una familia aún más si cabe.

Todo esto lo digo porque forma parte de mi particular balance. Siempre pienso que al año que viene será mejor, que habrá algún detalle que lo haga distinto. Y no. Y es algo muy decepcionante. Siguiendo con el resumen de este año, ha sido muy duro, pero muy muy duro, en todos los sentidos. Jamás me había sentido tan sola y tan hundida como estos meses. Y eso que me considero una persona bastante fuerte, que si no lo fuera, no se como habría acabado. Hay veces que sabes que las cosas van a salir mal, porque cuando empiezan así, es muy difícil cambiarlas. Por causas ajenas a mí persona (aunque parte de culpa quizá si tengo...) he pasado este año sin estudiar y sin trabajo. Mi mayor meta hace un año era esa, encontrar un empleo. A pesar de que yo he vivido dos casos muy complicados en casa, no pensaba que a mí me iba a costar tanto, y fijaros si me ha costado que sigo formando parte de la empresa más grande de España ;) Ni siquiera una llamada. He movido muchas vías, he intentado formarme lo que me han dejado, pero no ha habido manera. Y cuando es algo que realmente necesitas, es muy jodido que no te den ni una oportunidad a pesar del esfuerzo, quien esté o haya pasado por la misma situación entenderá lo que digo.
Pero no solo esto, el no poder estudiar por quedarme fuera de todas las opciones que barajaba me ha hecho sentirme súper inútil. Un año levantandote por las mañanas sin motivaciones, sin nada que hacer, y sin ganas, hace que vayas cayendo cada vez más abajo en el pozo y que cueste más salir.
Esto es algo contra lo que yo no puedo hacer nada, se escapa de mis posibilidades, pero es algo que te hace sentir realmente mal.

Pasando al lado personal, ha sido peor todavía. En temas familiares también ha sido un año movidito, parece que la cosa se ha asentado un poco, y yo lo agradezco, pero ha habido momentos muy tensos. Cuando tienes semejantes problemas, lo que menos te apetece (o al menos a mí) es salir de juerga a cogerte una borrachera del 15, por lo que el tema amistades tampoco ha estado muy fino. Y tienes menos ganas aún cuando no puedes desahogarte plenamente con nadie, cosa que yo necesitaba como agua en mayo y no tuvo lugar. Cosa, que, como decía, me ha hecho sentir muy sola.

Soy de las que piensa que nunca se pierde el tiempo, cuando estás haciendo algo que te apetece hacer en ese momento. Pero este año ha sido muy diferente, recuerdo haberlo dicho ya en alguna ocasión, y ahora lo digo con razón, sin duda he tirado un año de mi vida. En todos los sentidos. Soy muy joven, y por un lado no me arrepiento, de haber vivido este año de la manera en la que lo he hecho porque es lo que necesitaba en ese momento. Pero  por otro lado no puedo negar que cuando me paro a pensar me doy cuenta de que he perdido un año de mi vida, sobre todo por cosas ajenas a mí persona, que es lo que más rabia me da. Creo que con 18 años he tenido que pasar con cosas que no son muy comunes a esta edad. Con esta edad, intentas disfrutar el máximo de la vida, aprovechar todos los momentos posibles, pero yo no he podido hacerlo, más bien ha sido todo lo contrario.

Como véis, el resumen de mi año 18 es nefasto, y eso que no me estoy extendiendo demasiado. Pero no me apetece hablar más de ello, hoy toca empezar una nueva página. La finalidad de este post, es, que este año me hubiera gustado que fuera diferente, pero el año que viene voy a hacer todo lo que este en mi mano para que lo sea. Después de una experiencia tan negativa y poco enriquecedora, tengo claro que el futuro tiene que ser de otra manera. Y voy a luchar todo lo que haga falta para conseguirlo. Aunque solo pueda cambiar mínimos detalles (nunca se sabe), lo haré. Lo que no voy a hacer es quedarme de brazos cruzados viendo como pasa el tiempo. Espero que dentro de un año, al leer esta entrada, todo haya cambiado...para bien. Y espero poder sentirme orgullosa de ello.